Lactancia materna

¿Qué pasa en tu cuerpo durante la lactancia materna?

El nacimiento de tu bebé va a traer consigo otros cambios en tu cuerpo, que ahora pasa a la siguiente fase: la lactancia materna.

Salud de los senos

Si eres mamá por primera vez, la lactancia materna será una experiencia que no podrás comparar con nada que hayas experimentado antes. Algunas mujeres asumen esta etapa de forma natural y encuentran que en realidad es un momento especial para vincularse con su bebé, mientras que para otras puede convertirse en algo un poco más difícil, incluso experimentar dolor de cuerpo durante la lactancia. No tiene nada de malo, incluso algunas mamás sólo necesitan un poco más de paciencia y determinación.

Es muy importante que durante esta etapa te enfoques en la salud de tus senos. A continuación, te contamos un poco sobre algunos de los problemas más comunes que pueden ocurrir en tu cuerpo durante la lactancia, de esta manera podrás familiarizarte con ellos. También hablaremos sobre la leche matera, el dolor corporal, los temas relevantes para tu bebé y las distintas pociones más amamantar.

 

Problemas con la leche

Es usual que las madres que amamantan experimenten algunos problemas con la leche. Algunos de los problemas más comunes con la leche materna son:

Demasiada leche

En las primeras 6 a 8 semanas, se pueden producir excedentes de leche materna en la medida en que tu cuerpo se ajusta a los niveles normales de suministro. Si tus senos están congestionados y tu bebé se atraganta o tose mientras se alimenta, son señales de que tu cuerpo está produciendo más leche de la que tu bebé necesita. Es importante que conozcas cómo funciona tu cuerpo y lo que le pasa cuando amamantas. Para facilitar el flujo de la leche, puedes extraer un poco antes de la toma o cambiar de pecho con frecuencia mientras amamantas.

No es suficiente leche

La sensación de que tus senos están menos llenos es un indicativo de que tu cuerpo se está adaptando a las necesidades alimenticias de tu bebé. La producción de leche materna se regula según la demanda, por lo que, en teoría, entre más coma tu bebé, tu cuerpo producirá más leche. Sin embargo, la producción de leche puede disminuir o detenerse si los patrones de lactancia se interrumpen y la lactancia se vuelve menos frecuente. Por ejemplo, la alimentación con tetero o el uso de un extractor significa menos tiempo de amamantamiento.

Goteo de leche

Debes conocer todo lo que le va a suceder a tu cuerpo durante la lactancia, de esta forma podrás identificar lo que es normal y lo que no lo es. Una situación común durante la lactancia es el goteo de leche, lo cual es completamente normal. Los sebos pueden perder leche, especialmente durante las primeas semanas después del parto, este es un proceso natural del cuerpo. Aunque puede resultar incomodo, es una señal de que estás produciendo una buena cantidad de leche para tu bebé. No hay manera de detener la fuga, sin embargo, existen protectores mamarios o “protectores para lactancia” especiales para mantener tu ropa limpia y seca. La pérdida de leche también se puede hacer menor con tomas más frecuentes.

 

Dolor en el cuerpo

Durante la lactancia es posible experimentales momentos de dolor en el cuerpo, te contamos los principales:

Mastitis

La mastitis es resultado de un conducto bloqueado o una acumulación de leche que hace que el tejido mamario se inflame. Si tienes mastitis, es posible que sientas un nudo donde se encuentra bloqueado el conducto. Otros síntomas pueden incluir enrojecimiento, calor en la zona, dolor e hinchazón, así como también puedes tener episodios de fiebre y dolores de cabeza. Es importante que continúes amamantando a tu bebé, aunque sea doloroso, ya que esto ayuda a aliviar la mastitis. Se recomienda que visites a tu médico, especialmente si la mastitis no mejora después de un par de días.

Dolor en los pezones

El dolor en los pezones es una de las quejas más comunes entre las madres que amamantan, pero eso no significa que debas ignorarlo o soportarlo. No está bien que experimentes dolor durante la lactancia materna debido a pezones agrietados, secos o sangrantes. Si te preocupan estos síntomas, es importante que consultes a un profesional de la salud. Una excepción a esto es en los primeros días de la lactancia materna, cuando es común que las nuevas madres experimentan cierta molestia en los pezones por su estiramiento. Esto es normal y debería desaparecer con el tiempo.

¿¿Qué causa el dolor en los pezones?

La causa más común de dolor en los pezones es la incapacidad para que el bebé se alimente correctamente. Para poder alimentarse, tu bebé debe tener su boca abierta y el pezón ubicado en la parte trasera de su boca. El dolor en los pezones se produce cuando el bebé succiona el pezón.

 

Otras causas de dolor en los pezones durante la lactancia:

● Labio leporino.

● Candidiasis bucal.

● Eczema.

● Crecimiento de los dientes de tu bebé.

 

¿Cómo saber si el dolor en los pezones está afectando a tu bebé?

Si tu bebé tiene problemas para alimentarse correctamente, es posible que presente los siguientes signos:

● Alimentas a tu bebé muy frecuentemente.

● Tu bebé pasa mucho tiempo alimentándose.

● Aumento del peso de tu bebé más lento de lo esperado.

● Crecimiento de los dientes de tu bebé.

● Tu bebé se encuentra inquieto.

¿Qué hacer con el dolor en los pezones?

Si estás experimentando dolor en los senos durante la lactancia materna, lo mejor es que hables con tu médico o especialista en lactancia para solucionar el problema tan pronto como sea posible. Es importante evitar el autodiagnóstico, ya que cada mujer es diferente y los síntomas pueden variar significativamente. Un profesional puede brindarte información precisa y específica de tus necesidades, así como recomendaciones de tratamientos efectivos.

Posiciones para amamantar con comodidad

Para ser una de las actividades más naturales, la lactancia materna puede sentirse a menudo complicada. Afortunadamente, existen diversas posiciones recomendadas para amamantar, que pueden hacer de esta experiencia más cómoda y relajada, después de todo, vas a pasar mucho tiempo alimentando a tu bebé. Entre las posiciones más cómodas se encuentran: la posición de cuna, el sostenimiento cruzado, posición de fútbol americano o posición acostada de lado para amamantar. A continuación, te explicamos cada una de las detalladamente:

Posición de cuna

Para amamantar en la posición de cuna, sostén la cabeza de tu bebé con el brazo del mismo lado del seno que estás utilizando, colocando su cuerpo de lado y su nariz frente al pezón. Con la mano libre, puedes sujetar su colita. Es importante que te sientas cómoda mientras lo haces, por lo que puedes utilizar una silla con reposabrazos acolchados o una almohada de lactancia materna debajo de los brazos y los codos.

 

El sostenimiento cruzado

Esta posición es inversa a la posición de cuna clásica. En lugar de utilizar el mismo brazo del seno que estás usando, usa el otro. En esta posición, la mano va a apoyar la cabeza y el cuello del bebé, no el ángulo interno del codo. Una vez más, una almohada de lactancia materna o una silla con apoyabrazos suaves ayudarán a que estés más cómoda en esta posición y a evitar dolor en el cuerpo a la hora de amamantar por permanecer en una posición incorrecta durante mucho tiempo.

Posición de fútbol americano

Mantén a tu bebé a tu lado y debajo de tu brazo, con su cabeza sostenida por tu mano y la nariz frente al pezón. Coloca una almohada de lactancia materna debajo de tu brazo para mayor comodidad y soporte. como apoyo, debajo de tu brazo. Como lo sugiere el nombre de esta posición, debes sostener a tu bebé como si fuera una pelota de fútbol. Esta es una buena opción ha tenido partos por cesárea, ya que no ejerce presión sobre el abdomen.

Posición acostada de lado

La posición acostada de lado para amamantar es ideal para las mujeres que han tenido una cesárea o para las tomas nocturnas, ya que se puede realizar desde la comodidad de la cama. Para adoptar esta posición, acuéstate del lado en que estés amamantando con la espalda apoyada en las almohadas.

Para mayor comodidad, coloca otra almohada debajo de tu cabeza y cuello, y una más entre tus rodillas. Tu bebé debe estar de lado, de frente a ti. Puedes elegir apoyar la cabeza de tu bebé con la parte interior del mismo brazo o con la mano del otro brazo, lo que resulte más cómodo para ti. Asegúrate de permanecer despierta y alerta, si sientes sueño, cambia a una de las posiciones sentada para evitar cualquier riesgo para tu bebé.

La lactancia materna relajada (crianza biológica)

La posición de lactancia materna conocida como “crianza biológica”, se basa en permitir que el bebé siga sus instintos naturales para encontrar el seno. Para esta posición, es recomendable ubicarse en una silla de lactancia materna reclinable o con un montón de almohadas en la coma para poder estar semirreclinada. Coloca a tu bebé encima de ti, boca arriba, con los pies cerca de los muslos (aunque esta es una posición muy usual en los bebés, también puedes intentar otros ángulos). Tu bebé se va a valer de su instinto natural para encontrar el pezón, quizá necesite moverse un poco para lograrlo, pero es completamente normal.

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